Lhasa Apso
Cuando exploradores, militares y aventureros de principios de siglo descubrieron el Tíbet, quedaron cautivados por la singularidad de aquella enigmática tierra. Entre las cosas nuevas que encontraron los intrusos, los animales captaron su interés, las pequeñas vacas y cabras peludas, los gigantes perros de guarda y unos pequeños perros que eran considerados sagrados, que vivían en los monasterios y casas nobles; estos perros son nuestros Lhasa Apso.
En el Tibet, los Lhasa Apso son considerados como animales sagrados; antiguamente eran considerados pequeños perros león (el mito del león en el Tíbet es poco explicable, ya que se desconoce la existencia de este animal en aquel país) y eran representados al lado de buda, protegiendo y escoltando al dios del budismo. Dice una leyenda que estos pequeños perros león, los Lhasa Apso, se convertirían en leones si Buda se encontrara en peligro. Los ejemplares eran mantenidos dentro de los monasterios en su estado natural, es decir, sin cepillados ni baños. Muchas personas creen que únicamente los ejemplares de color dorado eran los sagrados, y la verdad es que el color no es tan importante como otros elementos.
Como muchas personas saben, el Tíbet es la cuna del budismo, y un pilar de esta creencia es la resurrección de las almas que antes de conseguir la perfección han de pasar por varias etapas de conocimiento, es decir, varias vidas encarnadas según el nivel alcanzado en un tipo de animal o en una persona determinados. Pues bien, los Lhasa Apso eran tenidos como reencarnaciones de lamas fallecidos. Los Lhasa Apso sagrados posiblemente eran aquellos que tenían alguna marca o color que recordaría al Lama fallecido o simbologías religiosas; así, por ejemplo, los Lhasa Apso con marcas blancas sobre negro o gris eran los marcados por la mano de Buda, los dorados son similares a! color azafrán típico en el Tibet, etc.
La condición de animales sagrados era y es acompañada por la condición de perros amuleto, capaces de otorgar buena suerte a sus amos. Por eso era una costumbre el regalar una pareja de Lhasa Apso a altos mandatarios, nobles o personas que tenían alguna importancia; esa pareja de perros sagrados del Tibet brindarían buena fortuna y suerte a sus nuevos amos.
Fue de esta manera como los primeros ejemplares llegaron a Occidente. Los primeros Lhasa Apso que tomaron parte en los comienzos de la raza en Europa fueron traídos por el matrimonio Bailey, con una pareja con la que establecieron su criadero en Inglaterra. Ellos los consiguieron a través del Coronel R.S. Kenedy, quien a su vez los obtuvo de manos del Comandante en Jefe del ejército tibetano. Otros Lhasa Apso llegaron antes pero no fueron utilizados en un programa de cría.
La manera de la llegada de los Lhasa Apso a los EE.UU. fue un tanto más romántica y participaron en ella personajes relacionados con la historia de este país. El matrimonio Mr. y Mrs. Suydam Cutting (Mr. Cutting era naturalista) fueron miembros de la expedición Rooselvelt al Turkistan Chinoen 1925. Ellos eran amigos de Theodore Rooselvelt y de su hermano Kemit. El objetivo de aquella expedición era recoger especimenes de vida animal y llevarla a los EE.UU. para los museos. Tres años más tarde acompañaron a los Rooselvelt al Tibet chino y participaron en la caza del Oso Panda. Estos viajes les hicieron caer en la fascinación de aquel país y poco después consiguieron permiso para visitar la Ciudad de Lhasa. Después de visitarla en 1930, entraron en contacto con el 13° dalai lama del tíbet, entrando en correspondencia con él. La relación fue exitosa;
Mr. Cutting hizo varios favores al dalai lama de carácter oficial, regaló una pareja de dálmatas y un pastor alemán al mandatario espiritual del tíbet, consiguiendo más adelante y en compensación una pareja de Lhasa Apso, una de las varias con las que establecieron su famoso criadero en EE.UU. "hamilton".
Desde la llegada de esta maravillosa raza de perros a occidente, su popularidad no ha dejado de crecer, convirtiéndose en un magnífico perro de exposición, ganando con regularidad los máximos puestos en las finales. Su elegancia y majestuosidad son notables, así como sus cualidades innatas de perro de compañía, con un carácter equilibrado lleno de matices que lo hacen un perro singular.
Imágenes del Lhasa Apso
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